martes, 15 de marzo de 2022

Nada se renueva; la hora no suena



[...]Los problemas de un país fluctúan, poseen elasticidad y no suelen respetar las fechas salvadoras.[...]Esto no es suficiente para seguir a un políticoUn pueblo no puede entregarse a un político si no se le garantizan, a más de las seguridades presentes, las seguridades futuras. Estas últimas consisten en esa fidelidad y esa lealtad de los hombres a los destinos históricos de su país. Es un poco fatal y absurdo lo que aquí acontece con los hombres públicos.[...]Hoy, no. Ese centro constitucional se elabora con vistas al presente, sin aliento alguno de grandeza[...] Un Jeremías valetudinario, ha gimoteado sobre el arpa celestial de su periódico.[...]Poco nos importarían las lágrimas del melifluo profesor reformista, si no las acompañase de un retintín de calderilla falsa: "Nada se renueva. Todo sigue igual en la vetusta mansión del Estado...La hora no suena".[...]Es evidente este encharcamiento, nosotros escribiríamos con mayor sinceridad, historieta contemporánea, y son conocidísimas  las ocasiones desaprovechadas para cambiar el rumbo y  la estructura del Estado [...]Ni la palabra ardiente de Joaquin Costa, ni el verbo inflamado de Nicolás Salmerón,[...] ni el nacimiento del partido reformista, ni el triunfo de los aliados, ni la Asamblea de parlamentarios, [...]ni la derecha liberal republicana aprovechan la coyuntura revolucionaria  con el fin de apoderarse del Gobierno e imponer desde allí su triunfo y su razón. La culpa de tanto fracaso   repetido debemos atribuirla a las derechas.[...]Todo el remordimiento de la derrota ha de caer sobre  el izquierdismo, quienes confiaron  sus mandos y su destino  a jefes venerables, inútiles y caducos.  [...]La hora de la verdad no ha sonado ni esperamos que suene todavía.[...]

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