Las privaciones caracerísticas de una época de guerra no pudieron ser olviadas en la Alemania republicana. La convulsa posguerra agrava lass condiciones de vida de una población extenuada por los rigores de la Gran Guerra. Las calamidades se prolongan durante cinco años más (1919-1923). La dislocación económica y la tensión social creciente dominan un periodo en que el alemán experimenta —individualmente y como integrante de la comunidad nacional— sensibles cambios en el conjunto de sus actitudes y capacidades: no sólo su potencial económico el destinatario de las oscilaciones de los precios y el valor de la moneda, sino que las pautas de comportamiento (alimenticio, religioso, etec..) se vieron afectadas por la penuria reinante. Ahorros, rentas y salarios. Amplias capas de la población en el precipicio de la supervivencia. El caos no sólo se llevaría tras sí gran parte de la riqueza material de rentistas, clases medias y trabajadores asalariados: la propia confianza en el proyecto republicano pasó la posguerra a la intemperie.
"aunque no hubiera habido ninguna crisis económica o ninguna interrupción de los préstamos al finalizar el decenio, era inconcebible que Alemania hubiese podido seguir absorbiendo durante mucho tiempo unas importaciones de capital tan grandes".
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En gris y negro los territorios orientales de Alemania perdidos tras la Primera Guerra Mundial (28 jul 1914 – 11 nov 1918). La actual Alemania se muestra en rojo. |
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