En la Unión Soviética, el problema de la sobreproducción se solucionaba de una forma más radical. Las unidades del Ejército Rojo, dirigidas por todos eso tujachevski, yákiren, gamárnik, blücher, dybernok y uborévich, cercaban comarcas enteras. A los campesinos que más producían, junto con sus familias y en pleno invierno, los metían en vagones de carga y se los llevaban a miles de kilómetros, a Siberia, a los Urales, a Kazajistán, y los abandonaban allí en medio de la estepa helada. Esas grandiosas operaciones se efectuaban según las órdenes del camarada Stalin. El mando directo lo asumía el camarada Molotov. Muchos años después, cuando le preguntaron a cuánta gente habían deportado hacia las regiones deshabitadas del país, Mólotov contestó: "Stalin decía que habíamos expulsado a diez millones, pero en realidad fueron 20".
A la vez que deportaban campesinos de forma masiva, las tropas de la Checa y el Ejército Rojo incautaban productos alimenticios por doquier. A los agricultores le quitaban el pan y el ganado; o lo destruían in situ.
A causa del hambre fallecieron entre 3,5 y 5 millones de personas, como resultado de represalias e insoportables condiciones de deportación o de la vida en el exilio, entre 3 y 4 millones. En total, entre 6,5 millones y 9 millones.
Y mientras en el país, se extendía el canibalismo...
De las "Granjas Colectivas" a la Ginecología.
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