La reordenación monetaria y la regulación a medio plazo de las reparaciones sientan las bases del enderezamiento económico alemán. Las reservas de capital alemán estaban al mismo nivel que a principios del siglo pasado. Los bancos habían perdido las dos terceras partes de sus reservas y fondos sociales como resultado de una hiperinflación que agravó una situación que ya era delicada por la peculiar financiación de la empresa bélica. Las cajas de ahorro son incapaces de ofrecer plan alguno de financiación a la construcción y a la pequeña industria (los depósitos en 1913 ascendían a 18.970 millones de marcos y en 1923 han descendido a 25 millones). Además de escasos, los capitales alemanes han servido en ocasiones para financiar empresas de escasa eficacia económica . El poder político ha determinado la dirección de la inversión. Finalmente la fuga de capitales fuera de Alemania, al objeto de enviar la ruina de la inflación completa el desastroso panorama financiero.
Las demandas de reparaciones, el desequilibrio crónico de la cuenta comercial y la gran escasez de capital, especialmente liquidez a corto plazo tras el periodo inflacionista, son tres razones básicas porque Alemania se ve impedida al recurso de la ayuda extranjera, que fluye bajo la forma de inversiones a corto plazo, que le benefician de unas tasas de interés elevadas (9-10 %)y , sobre todo, operaciones a largo plazo. Los banqueros de los Estados Unidos de América ["¡qué raro!"] se apresuraron a maximizar los beneficios de las inversiones transoceánica. Alemania se convierte en el máximo receptor de moneda americana, al margen de Canadá.
Fue el comienzo de la petición de préstamos a partir de 1924 los prestamistas pusieron capital en Alemania.
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