viernes, 18 de marzo de 2022

La posmodernidad es la Nada


Olvidada  toda la política, la palabra democracia se convierte entonces en el eufemismo  que designa  un sistema de dominación  al que y no se quiere llamar por su nombre, y a la vez  en el nombre  del sujeto diabólico  que aparece  en el lugar  de ese nombre borrado: un sujeto extraño  en el que se amalgaman el individuo que padece este sistema  de dominación  y el que lo denuncia.

¿Qué pretendemos decir  exactamente, al declarar  que vivimos  en democracias? La democracia, no es una forma de Estado. Se sitúa en otro plano, diferente del de estas formas. Por un lado,  es el fundamento igualitario  necesario ─y necesariamente olvidado─ del Estado oligárquico. Por el otro, es la actividad  pública  que contraría  la tendencia de  todo Estado a acaparar la esfera común y despolitizarla. Todo Estado es Oligárquico [y más el COMUNISTA].

En síntesis: el acaparamiento de la cosa pública  a través de una sólida  alianza  entre la oligarquía  estatal y la oligarquía económica. El mal que padecen nuestras "democracias" son, ante todo aquellos  que aparecen ligados  al insaciable apetito de los oligarcas. Nosotros no vivimos en democracias. 

Pablo Iglesias , en 2015: "Si en mi país la mayoría no cobra más de 1.000 euros, yo no puedo ganar 4.000"



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