Olvidada toda la política, la palabra democracia se convierte entonces en el eufemismo que designa un sistema de dominación al que y no se quiere llamar por su nombre, y a la vez en el nombre del sujeto diabólico que aparece en el lugar de ese nombre borrado: un sujeto extraño en el que se amalgaman el individuo que padece este sistema de dominación y el que lo denuncia.
¿Qué pretendemos decir exactamente, al declarar que vivimos en democracias? La democracia, no es una forma de Estado. Se sitúa en otro plano, diferente del de estas formas. Por un lado, es el fundamento igualitario necesario ─y necesariamente olvidado─ del Estado oligárquico. Por el otro, es la actividad pública que contraría la tendencia de todo Estado a acaparar la esfera común y despolitizarla. Todo Estado es Oligárquico [y más el COMUNISTA].
En síntesis: el acaparamiento de la cosa pública a través de una sólida alianza entre la oligarquía estatal y la oligarquía económica. El mal que padecen nuestras "democracias" son, ante todo aquellos que aparecen ligados al insaciable apetito de los oligarcas. Nosotros no vivimos en democracias.
![]() |
Pablo Iglesias , en 2015: "Si en mi país la mayoría no cobra más de 1.000 euros, yo no puedo ganar 4.000" |
No hay comentarios:
Publicar un comentario